Qué son los chakras y qué nos dicen de nosotros

Uno de los factores principales a tener en cuenta respecto a la posibilidad de auto-sanarnos es que tenemos tres cuerpos: el físico, el psíquico y el energético. Con la excusa de que en las próximas semanas Miguel Valls estará compartiendo en un curso sobre este último, aprovechamos para contarles brevemente a qué asociamos cada chakra en Escuela Cristal.

Llamados de diferentes formas a lo largo de la historia y presentes en numerosas culturas como la hindú y la andina, los chakras son siete centros energéticos de poder que tenemos en el cuerpo, desde la raíz hasta la coronilla, aunque algunos reconocen hasta trece diferentes que van más allá del cuerpo físico. Como hemos oído en numerosas oportunidades mantener nuestros chakras alineados es fundamental para que estemos en equilibrio, pero no siempre reconocemos que, además, podemos trabajar con ellos para darle fuerza a uno determinado si lo precisamos o relentizar la energía de otro si así lo deseamos, ya que cada uno tiene una función en particular:

Primer chakra: Se asocia a la tierra y las raíces y es el chakra que bien centrado te permite saber que estás en el lugar exacto en el momento exacto. Si se encuentra bloqueado, puede llevarnos a no querer movernos de donde estamos y mantenernos estancados en algún sitio o área de nuestra vida.

Segundo chakra: Lo asociamos a las emociones y al agua. Este chakra nos permite sentir y relacionarnos, especialmente a través del placer, la fuerza sexual y la creatividad. Permite espontaneidad y movimiento. Bloqueado o con energía densa nos puede llevar a no lograr sostener algo, no lograr permanecer en un sitio o tener una excesiva energía sexual que nos distraiga de nuestros propósitos si no es dirigida conscientemente.

Tercer chakra: Ubicado en el plexo solar, tiene que ver con el Sol, el carisma, el foco, la fuerza de voluntad y concreción, la confianza y la dirección. Tener equilibrado este chakra nos permite tener la determinación precisa para alcanzar nuestros propósitos, mientras que bloqueado nos faltarán poder y voluntad para llevar las cosas a cabo.

Cuarto chakra: Se asocia al corazón y a la energía del amor, así como al fluir, al dejar de luchar constantemente para vivir en paz y disfrutar de cada cosa que hayamos conseguido. Mal aspectado puede llevarnos a ser demasiado mentales o no reconocer nuestras propias emociones.

Quinto chakra: Se ubica en la garganta y tiene que ver con el poder de la comunicación y la palabra, con la expresión desde el punto más consciente, pues como sabemos el sonido y el movimiento crean realidad. Con bloqueos, puede impedirnos decir lo que sentimos o, por el contrario, llevarnos a decir cosas que no queremos desde patrones y de forma inconsciente.

Sexto chakra: El famoso tercer ojo, también asociado a la glándula pineal. Nos permite comprender el porqué de todo y ver lo oculto en cada situación o experiencia, así como comunicarnos con los mundos sutiles si sabemos desarrollar su fuerza. Bloqueado puede impedirnos ver más allá de lo evidente y hemos de abrirlo con consciencia para que lo externo y lo sutil no nos dominen a nosotros.

Séptimo chakra: ¡La divinidad! Este chakra nos permite darnos cuenta de qué nos dice cada experiencia, conectarnos con lo divino y elevar nuestro nivel de consciencia. Desequilibrado puede generar falta de conexión con lo terrestre.

Este es apenas un breve acercamiento al universo de los chakras y puede servirnos para comenzar a reconocerlos, sentirlos y trabajar con ellos. Cómo percibirlos, cómo equilibrarlos con imposición de manos y colores y cómo armonizarlos a través de representaciones simbólicas son algunas de las herramientas que veremos el 13 y 14 de octubre en el Hogar Cristal, además de otros temas relacionados a lo energético como la energía densa y sutil, campos áuricos y rituales de liberación emocional.

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