En marzo el Hemisferio Norte se prepara para recibir la primavera y el Hemisferio Sur para entrar en el otoño. Una estación nos invita a florecer y la otra a soltar, sin embargo si profundizamos podemos trascender esta dualidad y encontrar lo que las une ya que a diferencia del solsticio, que ocurre cuando el sol se encuentra más cerca o lejos de uno de los hemisferios, en el caso del equinoccio el sol se encuentra sobre la línea del ecuador, por lo que el día y la noche tiene la misma duración en ambas partes del mundo. Si lo deseas, puedes realizar una ofrenda declarando que comprendes e integras que por más diferencias que veamos entre las cosas (tal como es el caso entre la primavera y el otoño), todos somos partes de la misma unidad. Además, les dejamos algunos tips para aprovechar la energía del equinoccio y alinearse con la naturaleza, dependiendo en qué parte del mundo estén. ¡Bendiciones!

HEMISFERIO NORTE

-El 21 de marzo finaliza el invierno. Aprovecha estos días para autoevaluar cómo has estado en la temporada de mayor introspección y qué aprendizajes has obtenido.

-La primavera se presenta como un nuevo ciclo de plenitud. Elige conscientemente qué áreas de tu vida, propósitos o deseos quieres que florezcan.

-Si tienes un jardín o plantas, puedes regarlas y cuidarlas de manera ritual, declarando antes de hacerlo que a través de esas acciones riegas tus propósitos para que florezcan, alineándote a los ciclos naturales.

HEMISFERIO SUR

El 21 de marzo finaliza el verano. Aprovecha estos días para autoevaluar cómo has estado en la temporada de mayor apertura hacia el afuera y qué aprendizajes has obtenido de tus interacciones con otras partes de la unidad.

-El otoño se presenta como un nuevo ciclo en el que soltar. Elige conscientemente qué programaciones, situaciones o cosas deseas trabajar durante esta estación para trabajar el desapego y generar espacio para que llegue lo nuevo.

-Si tienes un jardín o plantas puedes observarlas y cuidarlas de manera ritual, declarando antes de hacerlo que a través de esas acciones te alineas a los ciclos de la naturaleza y sueltas lo que ya no te sirve para tu evolución. Reflexiona para descubrir qué enseñanza te dejó cada experiencia y agradece antes de soltar.