Desde que la sociedad existe, también han existido sociedades de magos, de los cuales tenemos algunas informaciones, pero quizás todavía no comprendemos cuales eran las costumbres de estos magos en su día a día. En este articulo quiero compartirles algunas de las costumbres en la forma de vivir de los magos, gracias a mi propia experiencia de vida.

Bien cierto es que yo no he estudiado las costumbres de los magos antiguos en profundidad, pero la magia siempre a funcionado igual, más allá de los dogmas o símbolos que se hallan usado para llegar a ella.

Partiendo de la base de que la magia funciona igual en todos los lugares, más allá de la cultura, la época y el ritual, es fácil comprender las costumbres de los magos de antaño, pues no se diferencian de las costumbres de los magos de ahora.

Ahora les voy a explicar algunas de las pautas de comportamiento que los magos tenemos en nuestro día a día:

  • Respirar conscientemente:

Respirando administramos nuestra energía vital. Quien no respira bien, tampoco sabe concentrar la energía adecuada en su cuerpo, pues para que esta se concentra y crezca, nuestro oxigeno ha de llegar a todos los órganos del cuerpo, y para que el oxigeno llegue , hemos de dirigir conscientemente la respiración hacia la oxigenación del órgano. Aparte, el hecho de respirar conscientemente hace que manejemos el sistema nervioso y emocional de una manera eficaz.

por lo tanto uno de los espacios diarios del mago, es el espacio de la respiración consciente, en este espacio el mago se rehace energéticamente y libera la fuerza necesaria con la cual construir sus realidad.

  • Hablar y pensar y sentir conscientemente:

La palabra, el pensamiento y el sentimiento son las tres cuestiones básicas que cada mago a de aprender a manejar. A través de la palabra el mago define lo que desea construir en la realidad, si su intención no está bien expresada, pierde dirección la creación de realidad, ya que esta se dirige a través de palabras y definiciones. Cuando hablamos de palabra, también hablamos de palabra interna, a la palabra interna la llamamos pensamiento. Has de pensar a favor de lo que deseas, y construir las imágenes mentales que sean coherentes a tu propósito a través de tus palabras y pensamientos. El sentimiento va a potenciar la palabra y el pensamiento, por lo tanto también a de ser afín y poderosa la manera de sentir del mago.

Por lo tanto, todos los magos manejan estos tres aspectos de su existencia, hasta que logra manejarlos completamente.

  • Ritualizar toda acción:

El ritual es sumamente importante en el mundo de la magia, pues trabaja con el inconsciente y se encarga de crear el contexto sensorial adecuado para que él inconsciente trabaje a favor del deseo. Entonces el mago ritualiza todo, el alimento que se come, el agua que bebe, los baños que se da, el momento de descanso y la energía sexual. Aparte de hacer rituales más avanzados en forma de ceremonias y ofrendas, su vida entera es un ritual. Esta costumbre consiste en decidir el sentido que le da el mago a cualquier acción, ¿de qué eliges alimentarte mientras comes? es una pregunta de mago.

  • Crear realidad con la energía sexual:

El acto sexual, lejos de ser un acto romántico de dos personas que se enamoran, en la magia es uno de los rituales más potentes de creación de realidad. Es por eso que la gente tiene hijos a través del sexo, pues los hijos también son realidad creada a través de la magia. La gente de afuera del mundo de la magia, no se dan cuenta de que su sexualidad es magia e intentan reprimirla para ser moralmente mejores. Nosotros por el contrario lo consideramos un ritual como cualquier otro, con mucha más energía, pero al final, es una manera de crear realidad. Sacarlo de este contexto mágico lo consideramos desperdiciar el sexo. Por lo tanto el mago usa la energía sexual para crear realidad y la sabe ritualizar y mover a la realidad que desea en dicho acto.

Si adoptas estas tres costumbres básicas en la vida de todo mago, tu magia va a subir exponencialmente y eso va a quedar reflejado en la mejora continua de tu vida.

Miguel Valls