Uno de los arquetipos del Calendario y Oráculo Diamante es el Discípulo, una figura que todos tenemos dentro y es propicio encarnar en determinados momentos de nuestro camino evolutivo para avanzar hacia nuestros propósitos. Muchos consideran que el Discípulo es un arquetipo a encarnar en la juventud y luego lo dejan de lado, pero un iniciado sabe que la existencia es un camino de aprendizaje constante y en ocasiones particulares más aún es propicio darle espacio para poner el foco en recibir enseñanzas, para así integrar información que no está en su universo todavía.
Dentro del Ciclo de la Coherencia, el Discípulo elige aprender de su maestro, de sus experiencias de vida y de cada ser que se cruza en su camino, entendiendo que toodos tienen algo que aportarle y procurando ser impecable. El arquetipo del Discípulo también epresenta la humildad y la disciplina de aquel que elige aprender de alguien más y con respeto, valor y alegría, es quien está siempre escuchando lo que tienen para enriquecerlo. Por eso, trabaja en integrar la información, las herramientas y los conocimientos que recibe para mejorarse a sí mismo, pero también a quienes están alrededor y a sus propios maestros.