El lenguaje y la magia

 El lenguaje y la magia son dos fenómenos completamente vinculados, ya que uno no podría existir sin el otro. En este artículo, voy a explicarte el fundamento principal de la palabra, no solo en la magia sino en la humanidad, y también el del lenguaje, un concepto más amplio que la propia palabra. Por último, veremos cómo estos dos, bien usados, son una de las cuatro puertas por donde entrar a la magia.

 

El lenguaje y el ser humano

 Si hay algo fundamental que nos diferencia del resto de animales es el lenguaje. Tenemos uno con gran cantidad de posibilidades (de lo cual no goza el resto de los animales) y nos acerca más al mundo de la luz. Sabemos definirlo a través del lenguaje y, simplemente, si no supiéramos definirlo no existiría, por lo menos en nuestro mundo. Voy a explicar esto mejor: Con el lenguaje creamos conceptos y señalizamos cosas de muy diversas dimensiones. Cuestiones tales como la alegría, la tristeza, las matemáticas, las leyes y el trabajo, son construcciones lingüísticas. Es decir, conceptos que hemos construido a través de nuestro lenguaje. Por lo tanto, es muy difícil que un animal busque el honor o la coherencia en sus actos, o un puesto de trabajo, porque al no tener nuestro lenguaje no comprende estos conceptos; directamente no existen para él.

Te lo voy a explicar de otra manera. Imagínate a alguien que nace en una cultura donde no existe el concepto de Dios ni de ningún tipo de energía divina. Esta persona no le rezará a nada ni a nadie, ni siquiera tendrá el concepto de rezar, y tampoco podrá recibir esta energía, pues en su patrón de lenguaje no está codificada, por lo tanto no existe en su realidad.

Voy a ponerte otro ejemplo: Hay culturas que en su lenguaje no reconocen los mismos colores que nosotros. Algunas tienen una gama menor y otras mayor, pero no son los mismos. Ninguna de esas culturas ve los mismos colores que nosotros. Ven otros que sí que están establecidos en su lenguaje, mientras que nosotros no llegamos a verlos.  

Un ejemplo más. Los chamanes originarios tienen facilidad para conectar con los espíritus, verlos y entablar conversaciones con ellos; les pasa prácticamente a todos los chamanes. Esto es normal, si entiendes que, en sus mitos e historias culturales, los espíritus son acompañantes continuos de los seres humanos y se puede hablar con ellos cuando uno lo desee. Sin embargo, en la cultura occidental no está tal posibilidad dentro de los mitos. No se habla de eso como algo normal, por lo tanto no existe esa visión del chamán en esta cultura occidental.

Desde ese punto de vista, asumimos que lo que somos como concepto del “YO” es una construcción lingüística. Si te pregunto qué o quién eres me dirás conceptos lingüísticos. Con tu lenguaje, me contarás una historia para explicarme quién eres. Podrás decirme soy bueno, malo, inteligente, consciente o espiritual, he tenido una infancia fácil o difícil, pero todo eso es solo lenguaje, una historia hecha a través de palabras que no sabes a 100% si son acertadas. Si hubieras nacido en otra cultura sin esos conceptos, tú no serías así. Imagina que te consideras una buena persona y la gente a tu alrededor también te ve así, pero viajas a una cultura donde el concepto de bien y mal no están construidos lingüísticamente: en esta cultura nunca verán tu bondad, pues no existe para ellos.

Pasa lo mismo cuando quieres saber cómo es alguien; tienes que escucharlo hablar, entender sus ideas, comprender su lenguaje.

Con todo esto, comprendemos que el mundo se percibe de una manera totalmente distinta, en base al lenguaje que use cada sujeto y cultura, y en base a cómo se percibe el mundo, también se construye.

 

El lenguaje no define al mundo, sino que lo construye

 Con todo lo explicado anteriormente, entendemos que el lenguaje no define al mundo, sino que lo construye. Ya sé que hay una parte del lenguaje que sirve para explicar los acontecimientos ocurridos, pero también sé que en base a cómo se explican dichos acontecimientos la realidad cambia absolutamente. Si tienes un examen el mes que viene, por ejemplo, evidentemente usarás el lenguaje para definir ese hecho y prepararte para él, pero lo puedes usar en contra tuya (“no voy a poder, soy un fracasado, es realmente difícil”) o a favor (“es un desafío grande y lo voy a lograr, sé que tengo la inteligencia y la voluntad necesaria para conseguirlo, otros muchos lo han conseguido antes que yo, estoy en el momento exacto para superar esta prueba”).

De acuerdo con el lenguaje que uses para definir tu experiencia va a construirse una realidad u otra. La neurociencia ya entiende esto; se ha dado cuenta que a través de las palabras que usamos para definir los hechos se activan unas redes neuronales u otras en nuestro cerebro, permitiendo que consigamos nuestros objetivos o bloqueando nuestro éxito.

Antes de la neurociencia, tanto las religiones como la metafísica y las corrientes mágicas e iniciáticas, ya decían que la palabra crea realidad. Sin embargo, muchos lo han creído cuentos o simplemente no le han prestado atención, hasta que la ciencia lo ha empezado a corroborar.

 

¿Cuál es nuestra teoría respecto a porqué el lenguaje construye realidad?

 

Entendemos que vivimos en un organismo superior y nosotros somos las células que hay dentro de dicho organismo. De la misma manera que las células de nuestro cuerpo se alimentan de los nutrientes que precisan para estar sanos, nosotros nos nutrimos de lo que precisamos del universo, y el universo como organismo superior nos lo da. Simplemente tenemos que señalarle al universo de qué nos queremos nutrir, como una célula le muestra al cuerpo a través de sus señales y su sistema de lenguaje lo que precisa, y el cuerpo se lo da sin ninguna objeción.

Asumimos que cada célula del cuerpo tiene el potencial para vivir con dignidad, abundancia y plenitud dentro de él. También asumimos que cada ser humano tiene el mismo potencial dentro del universo; se trata simplemente de saber dar las señales adecuadas.

 

El lenguaje es una manera de emitir señales

 

Cuando hablamos de lenguaje es muy importante que no lo resumamos a la palabra, ya que la palabra no es el lenguaje, sino una de sus formas. Pero el cuerpo también tiene su lenguaje: habla alegría, valentía, dolor o miedo, pero habla. Del mismo modo, los rituales también son lenguaje y determinan lo que vas a vivir en tu realidad en base a cómo los hagas. Las señales de tráfico también son lenguaje, determinan por dónde y cómo has de circular. Tu forma de vestir es lenguaje, y muchas personas comprenden rasgos claves de tu personalidad simplemente por ver cómo vistes.

Entonces, ¿qué es el lenguaje?

 

El lenguaje es una manera de emitir señales al mundo. Si observemos al resto de animales, ellos no tienen un lenguaje evolucionado como nosotros, pero sí que saben dar señales precisas. Por ejemplo, un perro sabe informar que tiene hambre o quiere salir a la calle. Envía señales al mundo, en este caso a sus cuidadores, y a través de esas señales que envía y de cómo son recibidas por sus cuidadores, construye su realidad, bien sea comer o salir. De la misma manera, cuando estamos en la magia comprendemos que el propio mundo nos habla con señales, y al escucharlas obtenemos revelaciones de cómo obrar en él. Esto se basa en que finalmente el lenguaje es una herramienta con la cual emitir señales, y las señales son la comunicación básica de la naturaleza. Nosotros también emitimos en todo momento señales al mundo, a través de cómo hablamos, cómo vestimos, cómo nos movemos, qué emociones y emanaciones de energía emitimos. En base a lo que señalizamos con nuestros múltiples lenguajes, el universo nos trae lo similar, al igual que el cuerpo escucha los mensajes de sus células y les trae las vitaminas, proteínas o minerales que supuestamente estén reclamando a través de las señales que envía al cuerpo.

En cualquier conversación, más allá de lo que hables, emites señales. Supongamos que alguien te atrae y estás hablando con esta persona; no le dices nada de tus sentimientos a través de la conversación, pues estáis hablando de otra cuestión muy distinta; sin embargo, inconscientemente, con tus miradas, gestos, palabras o frases sueltas le señalas que te gusta, del mismo modo que la otra persona con sus gestos y palabras también te señalizará si eres correspondido o no.

Finalmente, podemos concluir en que todas las realidadesdel ser humano se ejecutan lingüísticamente, y que el ser humano se comunica con el mundo a través de las señales que emite con su lenguaje. En base a cómo sea su comunicación con el mundo, el ser humano recibe en su realidad una u otra cosa.

 

El mago y el lenguaje

 

El secreto de todos los grandes magos ha sido un buen uso del lenguaje. De hecho, dentro del mundo de la magia siempre se ha dicho que la palabra es lo que crea realidad. Pero el mago que es mago va más allá de la palabra: comprende perfectamente el lenguaje ritual, los diferentes lenguajes simbólicos, el lenguaje lógico, el lenguaje corporal, el lenguaje emocional, el lenguaje energético, y todos los lenguajes que hay. El mago es un artista con todo tipo de lenguajes y sabe usarlos para emitir las señales adecuadas al mundo. Y como el mundo está diseñado para dar sustento a los seres vivos en base a las señales que emiten, el mago siempre consigue sus logros. Su secreto es saber señalizar adecuadamente lo que desea. Con este, ya conoces uno de los cuatro caminos de la magia, el camino del lenguaje.